lunes, 25 de enero de 2010


de todo y nada
de coger esa bola de nieve y estampártela en la cara
o de agarrarla fuerte y darla un mordisco, tragándome así mi propio frío
de que hay muchas mañanas por delante en las que tengo que apagar el despertador
antes de sentarme delante del volante, o de ver a la azafata haciendo el gilipollas
por nuestra seguridad, claro, y porque la pagan una barbaridad y recorrerá medio mundo en tan pocos meses como yo puedo aprender a proteger tus delicadezas
de sentarme a mirar cómo caen las gotas, o de hacer trampas, sobretodo de hacer trampas, trampas serias, por las que se preocuparían de mi estado mental, mientras mi juramento perdura: yo controlo
de decirte qué no me gusta y qué no comprendo, y hablando de mí, esto último se repite como el sabor a ajo, o las cortezas rancias que me sirven en las noches de cañas, mientras nada, y todo, por supuesto, importa, y todo son jajajas y jejejes, y recuerdos, y echar de menos, y saber quienes son y hacer cuentas de cuánto llevan escuchándome, y pensar que es casi toda mi vida consciente, y que los recuerdos empiezan ahí, y que eso es lo bonito
y saber que esto es una purga
un desahogo
de nada
y de todo
por supuesto

8 comentarios:

Anónimo dijo...

"[...] de la nada, para nada, de nada y por nada"

Wendy dijo...

Siempre hay que quedarse con lo bueno de los recuerdos...

Una de estas personas que llora por las esquinas a la que de vez en cuando llaman Cenicienta. dijo...

Últimamente ciertas personas se dedican a un mismo oficio: TOCAR LAS PELOTAS.
A todos o a nadie, con todo o con NADA. La gente se aburre, la gente actúa sin pensar, la gente habla de cosas triviales porque están de moda ciertos temas que ya ABURREN.

Que esa gente se trague bolas de nieve no está mal, para nada, encima este puto año la nieve nos está dando muchas oportunidades para estampar toneladas de bolas, ¿o es que no lo ves?. No me gustaría que cayeses en el error de tragarte tu propio frío, y perdona si me equivoco pero no querrás que otros prediquen con tu ejemplo, o eso espero.

Las cosas salen mal, evidentemente; al igual que salen bien, pero la sencilla diferencia entre lo que sale bien y lo que sale mal es que cuando obtienes un éxito te sientes extasiado, sensación que tiene un cierto límite de caducidad (no siempre, pero en la mayoría de casos), mientras que cuando recibes un palo, una mala noticia o un fracaso, lo haces palpable y juegas con el miedo hasta que no superas el daño.

Puede sonar una estupidez, o puede que no te identifiques con estos hechos, pero PASA y mucho.

A veces es mejor no irse por las ramas no vaya a ser que te caigas y te hagas más daño del que te puedes estar haciendo.

Almendra dijo...

de todo y de nada...

tututu dijo...

tus deseso son órdenes. guiño, guiño.

Mariona dijo...

me gusta la canción de tu anterior post...

de todo está compuesta la nada...

Dara dijo...

las bolas de nieve no se estampan en las caras. pobres bolas de nieve.


un tictac

tututu dijo...

esto huele ya chato. actualiza! :D