domingo, 30 de noviembre de 2008


Miraba a la luna
como si de un espejo se tratara
allí se veía, refelejado. Cráteres, hieratismo, sobriedad. Allí se encontraba, sentado, con la luz de la mesilla enfocando los papeles de su escritorio. Dibujando su contorno. Creando una bonita escena, quizá bien plasmada en la fotografía que realizara aquel que viese el cuadro que formaban él, el foco y la ventana abierta.
Y de fondo, la luna. Blanca, plateada, brillante. Ni quiso fijarse en eso. Solo él, reflejo.
-Todo cambiará. Sí, estoy seguro.-No paraban de repetirle.
Pero eso era algo que ya había olvidado. Necesitaba un cambio. Lo notaba, lo sentía, como una necesidad básica. Miraba por la ventana. Sin más pensamiento que su reflejo. Allí, muy alto, brillaba. Y entonces comprendió.

Necesitaba verse brillante aquí, aquí abajo. Mundano, terrestre, real.
Sí, y no solucionaría nada mirando por la ventana.

Decidió no esperar a que la suerte llamara a su puerta.

martes, 25 de noviembre de 2008

valiente


Como esa chica valiente del circo
que se deja inmovilizar por el psi-
copata de los cuchillos.

viernes, 21 de noviembre de 2008

X^-1

¿Qué cosas y cuántas conoce la gente de ti?
Esa gente que te llama "amigo".
Y no sabe ni siquiera lo que piensas de unas cosas y otras.
Lo que te gusta y lo que no.
Lo que no te deja dormir y lo que te hace soñar.



Me hacen mucha gracia esas personas que hablan por ti, como si de verdad te conocieran, como si de verdad supieran algo de tus entrañas.


"Amigo" te llaman.
Como si el que les escucharas (a veces por que no te dan pie a otra cosa) les convirtiera en beneficiarios de adjudicarte ese calificativo. Cuando sus problemas son todo en esta vida, cuando su propia persona no es más que una referencia para que ellos ejemplifiquen un problema que les estás contando:

-tengo un problema X-dices
-a si, pues no es peor que mi problema X a la -1 -te dicen

¿Qué tendrá que ver, AMIGO, tu problema X^-1 con lo que te estoy contando? ¿No te das cuenta de que no eres el ombligo del mundo? ¿No te das cuenta, al menos, de que si te concedo el llamarme "amigo" deberías escucharme cuando de verdad lo necesito? Y encima, defiendes actitudes y te envalentonas con cosas que realmente no tienes ni idea. No conoces mis motivos para tener esa opinión, y te crees que sí. Me criticas, a mi y a mi opinión porque no se asemeja a la tuya. Por no hablar de que en tiempos remotos opinabas igual o peor.


No, date cuenta, así no se funciona bien.

No no.

martes, 18 de noviembre de 2008

Un día de estos, te voy a pillar por banda. Sí. Y te voy a sentar en el butacón viejo y aterciopelado de mi padre. Sí. Y te voy a plantar un beso que te va a pillar desprevenida.

No aguanto el devenir que nos traemos. No soporto que nos miren y no sepan a que jugamos. No puedo con las ganas que me entran cuando te veo.
Ahora comprendo al verbo quiero, cuando se quiere transformar en puedo.

Estoy harto de miradas y sonrisas.
Quiero besos y caricias.

jueves, 13 de noviembre de 2008

perlado

Hay veces que tienes un plan, divertido, te lo pasas bien, pero se acaba. Cuando se acaba tienes las mismas ganas de volver a casa que de que te atropelle un tranvía.

Así que, decides que tu plan a partir de ahora se va a centrar en lo que diga tu perla de la suerte(aunque no todos tengan una).

Andas, dirigiéndote a algún lugar al que hace mucho tiempo que no vas.

Y te dedicas a guiarte por las señales que te van apareciendo.

Te chocas con alguien sin querer, os miráis, y os pedís perdón mutuamente. Sí, te ha gustado. Sigues con la mirada su dirección pero no se dirige a donde tú tenías pensado ir, siempre guiado por tu perla.

Te encuentras un bar y entras a comprar tabaco. Pero derrepente una chica muy simpática te asalta. Tú te quedas sorprendido, obviamente, pero ha sido tan simpática que decides hacerla caso. Y te invita a un martini, no sin antes asegurarse de que eres mayor de edad. Aceptas, pensando: sí, esto es una señal, martini gratis. Nunca te ha hecho especial gracia el martini. Pero en este caso te sabe como tu postre preferido. Normal...es gratis

Y en ese momento te das cuenta, sí, te das cuenta, de que "tu choque" se encuentra sentado dos mesas a la derecha. Os volvéis a mirar, pero no sabéis si sonreiros o saludaros. Total...sois totalmente desconocidos. Y piensas en todas las maneras en las cuales podrías acertarte. Se te va la mirada. Te caza. Pero...tú también eres un buen cazador.

sábado, 8 de noviembre de 2008

cedo.el.paso


Estuve pensando. Mientras miraba la señal, un ceda.el.paso.
Pensé en nuestra interesección, efímera, intensa, divertida.
Nada de lo que arrepentirse, cogimos el coche con decisión.
Decidimos pagar la suficiente gasolina como para llegar a no-
sotros mismos.
Movidos por un trabajo constante de engranajes y fluidos va-
rios, encaminados por un instrumento capaz de mover toda
nuestra vida, con un simple giro de muñeca.

Llegamos a la intersección, efimeros, intensos, con ganas de
diversión, o mejor dicho con necesidad de diversión.

Pero de lo que no nos dimos cuenta es de que yo tenía esta
señal, un ceda.el.paso. Pero es ahora cuando voy a seguir
la regla, la ley.

Pasa, adios, que yo voy a ser legal, con mi ley.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Resulta que las cosas más bonitas no tienen por qué ser iguales que las que siempre escriben, las que siempre filman, o las que siempre aparecen en los anuncios que dan caries.

Resulta que cada cual, puede encontrar una cosa bonita en el lugar menos bonito convencionalmente.
Un día, me encontré un juguete, que, aunqe no estaba en la basura, había sido tratado como tal. El jugete era un peluche de un conejo unido con velcro a un cartón. El juguete, intentando ser educativo o eso es lo que yo sigo pensando, resultaba quizá un poco macabro. Podías despegarle sus extremidades a tu antojo. El caso, es que me pareció muy bonita la idea de quitarle una pata (repito, de peluche) al pobre amiguito despreciado, en referencia a lo que siempre dicen de sus "poderes mágicos". Nunca creí mucho en eso de los amuletos. Pero aun así, creí en ello una señal. Llegué a casa y la lavé. Pensé que igual su "suerte" se iría entre jabones y detergentes, pero me convenció más la idea de que esa pata empezaba de nuevo, una segunda oportunidad le brindaba mi lavadora. Así que desde ese día, mi pata de conejo de peluche, está creando su propia suerte.

Si algún día la pata.de.conejo.de.la.suerte.de.peluche decide dejar de servirme, o dejar de escribir nuestra propia historia juntos, la daré otra oportunidad. La dejaré en el sitio con menos suerte que encuentre. Para que alguien al que le gusten los pequeños detalles la encuentre, la examine, y decida si lo que necesita esa pata es un reset y volver a empezar, o continuar acumulando datos de buena "suerte".