martes, 28 de julio de 2009

48 soplos.





anoche soñé que me decían que en la vida, mi vida, su vida, encontraría mi vendaval, mi azote y mi sacudida a partir de 48 soplos, que es la suma de la fuerza necesaria en el viento para poder sentirlo, nuestro cuerpo, nuestra piel, nuestros poros.




48 sumas de partículas en movimiento, que son capaces de hacernos sentir lo más leve del mundo, el aire, necesario para vivir y a la vez lo que nos deteriora.



en el sueño, un ente desconocido, con cara cuerpo e identidad que guardaré para mí, me explicaba que necesitaba de 48 soplos para lograr sentir algo, que necesitaba de toda esa fuerza para que todo aquello que pasaba por su vida le hiciera cerciorarse de que estaba ahí, presente, existente.


48 soplos, una leve brisa, una sensación cutánea, sensible, leve, imperceptible a veces, si no se pone atención.




48 soplos.
.solpos 84

viernes, 3 de julio de 2009

quizá no sabía lo que me estaba perdiendo
quizá era vago y perezoso
quizá pasota
pero ahora soy consciente
pero ahora me di cuenta
pero ahora voy a estar hasta en la sopa

miércoles, 1 de julio de 2009

abrazos





te daría un abrazo por cada estación


en invierno te abrazaría para que dejaras de ser(barra)tener frío y te centraras en el minimalismo emocional.
en primavera te abrazaría para que olvidaras el prototipo ambientalista de rastas y estupefacientes y te volvieras pacífico y relajado, apacible.
en verano te abrazaría para que me invites a un helado.
en otoño te abrazaría para que me contaras, de una manera muy trascendental(barra)bohemia, el problema que existe en las lazadas de los cordones de las zapatillas, y porque insistes en ponerte pantalones largos en los días de calor.

además, te daría un abrazo por ser prácticos.
otro por llevarme, de la mano, a pensar.
te volvería a abrazar para que recuerdes que yo era una promesa del baloncesto, aunque me saques dos cabezas y no te lo creas.
te estrecharía de nuevo, pero con un abrazo de los de mentira, para que me pidas que te abrace de verdad.
otro por volver del baño y encontrarme con tu: "y TÚ, ¿qué tal estás?".
y volvería a hacerlo por los brindis.
y otra vez te abrazaría porque sí, y para que me preguntes el por qué, y yo pudiera ser chulito y contestarte: "porque me apetece", con una sonrisa de pícaro.
y otra para que lo recuerdes cuando viajes, a malos vientos o buenos aires, y digo malos vientos por el simple hecho de que me cabrea pensar que vas a estar tanto tiempo y tan lejos.
otro porque sé que me vas a demostrar que la distancia no la ponen los kilómetros sino la gente, y que tú no vas a ponerla.


otro por hacerme dar el primer paso a creer en lo que no creo, que es ceder a que igual esté equivocado.


y volvería a abrazarte sin más, porque sí, porque es una buena manera de darte las gracias, aunque esto no te lo diría, sino que te lo demostraría.