domingo, 30 de noviembre de 2008


Miraba a la luna
como si de un espejo se tratara
allí se veía, refelejado. Cráteres, hieratismo, sobriedad. Allí se encontraba, sentado, con la luz de la mesilla enfocando los papeles de su escritorio. Dibujando su contorno. Creando una bonita escena, quizá bien plasmada en la fotografía que realizara aquel que viese el cuadro que formaban él, el foco y la ventana abierta.
Y de fondo, la luna. Blanca, plateada, brillante. Ni quiso fijarse en eso. Solo él, reflejo.
-Todo cambiará. Sí, estoy seguro.-No paraban de repetirle.
Pero eso era algo que ya había olvidado. Necesitaba un cambio. Lo notaba, lo sentía, como una necesidad básica. Miraba por la ventana. Sin más pensamiento que su reflejo. Allí, muy alto, brillaba. Y entonces comprendió.

Necesitaba verse brillante aquí, aquí abajo. Mundano, terrestre, real.
Sí, y no solucionaría nada mirando por la ventana.

Decidió no esperar a que la suerte llamara a su puerta.

1 comentario:

tututu dijo...

me gusta la foto, y la tia va sin cuerpazo por la vida.
yo tambien necesito un cambio mi jorgi:)