martes, 24 de agosto de 2010


cuando la miraban, me contó que estaba obsesionada con que no la pillaran, que no la atraparan, o sería el fin de la historia, y vaya gracia
pero cuando estaba sola, con la bombilla cerca desprendiendo calor, se acordaba a cada segundo de la vez que discutireron y pasaron más de tres minutos sin pedirse perdón...
ahi se empezaba a preocupar, porque, aunque hubieran sido cuatro minutos, un mísero minuto más, ya no era lo mismo, la costumbre eran tres minutos, y se la habían saltado
al menos, cuando estaba pensando en esos cuatro minutos, se acordaba que más valía ser una polilla que una mantis religiosa, que eso tiene que ser muy cansado
ahora ya no tiene otra cosa en la que pensar cuando nadie la mira, solo en esos cuatro minutos, y ha decidido que va a dejar de esconderse en sitios donde pueda quedarse sola, le gusta más preocuparse porque no la pillen

4 comentarios:

pintamonadas dijo...

obvio que piensan en comprarse ropa nueva..

Wendy dijo...

nunca hay que esconderse!

patatasdecomer dijo...

como te la juegas giorgi
casi tanto como mis piernas

tututu dijo...

mataría a todas las polillas. tienen una bonita afición a comerse mis camisetas preferidas.
guapo :).