Mira hacia atras.
Date cuenta.
Allí lo tienes todo.
Ahora, coje aire, respira, cierra los ojos y piensa.
¿Ha estado genial no?¿Por qué ibas a parar ahora?
Mírate. Allí estás. Sonries.
Creo que eso es bastante para seguir como lo has hecho hasta ahora, ¿no?
Y aquellos niños, mírales, como juegan y corren. El juego del pilla pilla parecía la cosa más importante del universo. Mientras te preocupabas de correr más que tu amigo, tu amigo se preocupaba por alcanzarte. En esos momentos ni siquiera se te pasa por la cabeza. Pero ahora te das cuenta, sí, ahora, consciente y cabal (según dice tu edad), de que es una proyección de lo que harás el resto de tu vida. Adelantarte a los más lentos. Preocuparte por encontrar a alguien que te salve el culo de seguir pillando.
Pero la verdad, es que el juego de la vida, es mucho más bohemio.